Nicaragua en 2024: reformas constitucionales, destierros y la muerte de Humberto Ortega marcan un año de controversias

El año 2024 estuvo lleno de acontecimientos políticos y sociales que determinaron el rumbo de Nicaragua, un país sumido en una prolongada crisis política durante casi siete años. Los hechos más destacados incluyen la aprobación de reformas constitucionales para consolidar el poder de la pareja presidencial, el exilio de figuras clave de la oposición y la muerte del hermano del presidente, Daniel Ortega, quien se ha convertido en un crítico de su gobierno.

Uno de los hechos más polémicos del año fue la reforma constitucional presentada por Ortega el 20 de noviembre. Esta propuesta, que modifica más de 100 artículos de la Carta Magna, amplía el mandato presidencial de cinco a seis años y crea el número de «copresidentes». Según esta reforma, el presidente y el copresidente elegidos por sufragio universal compartirían el poder al mismo nivel. Aunque ese número no estaba incluido en la legislación, Ortega ya se había referido informalmente a su esposa, Rosario Murillo, como «copresidenta». La reforma fue aprobada por el Parlamento en la primera sesión legislativa el 22 de noviembre y se espera su ratificación en enero de 2025.

Críticos y expertos creen que estas enmiendas tienen como objetivo crear una dinastía familiar en el poder, consolidando el control de Ortega y Murillo sobre el país. La socióloga feminista María Teresa Blandón señaló que esta reforma no sólo fortalece un régimen dictatorial, sino que también refleja la continuidad de la crisis política que azota a Nicaragua desde hace años. Blandón también destacó que 2024 ha sido un año particularmente difícil para las mujeres, ya que las oportunidades de participación son limitadas y los feminicidios continúan sin una respuesta gubernamental efectiva.

Otro hecho significativo fue el de monseñor Rolando Álvarez, uno de los mayores críticos de Ortega dentro de la Iglesia católica. El 13 de enero, el obispo fue liberado de prisión y enviado al exilio después de estar encarcelado desde agosto de 2022. Álvarez, que rechazó su exilio en febrero de 2023 cuando el gobierno sandinista deportó a otros 222 presos políticos, reapareció en Roma, donde se encuentra. Continuó predicando, aunque lejos de los medios.

De manera similar, el 5 de septiembre, el gobierno liberó a 135 presos políticos, entre ellos católicos laicos, defensores de los derechos humanos y misioneros de la organización Mountain Gateway, con sede en Texas. Estos individuos fueron enviados a Guatemala y luego despojados de su ciudadanía nicaragüense. El régimen utiliza cada vez más esta táctica para debilitar a sus oponentes.

Sin embargo, uno de los hechos más impactantes fue la muerte de Humberto Ortega, hermano del presidente Daniel Ortega. El ex general retirado, que dirigió el ejército durante la revolución sandinista, murió el 30 de septiembre bajo arresto domiciliario. Humberto ocurrió el 11 de junio, poco después de dar una entrevista a los medios argentinos. Infobaeen el que expresó dudas sobre la capacidad de Rosario Murillo para suceder a su marido en el poder.

Luego de sus declaraciones, policías allanaron su residencia en Managua y Humberto quedó incomunicado, según informaron medios digitales. Confidencial. Durante su detención, le confiscaron sus teléfonos y ordenadores, y también detuvieron a su asistente personal y a su amante. El Hospital Militar de Managua informó que la causa de la muerte fue un paro cardíaco y respiratorio.

Mirando hacia atrás, 2024 fue un punto de inflexión para Nicaragua. Las reformas constitucionales, los exilios y la muerte de Humberto Ortega ponen de relieve el endurecimiento del régimen sandinista y el creciente aislamiento de las voces disidentes. Con la posible ratificación de las reformas en 2025, el futuro político del país está más que nunca bajo el control total de Daniel Ortega y Rosario Murillo, consolidando un modelo de gobierno que muchos consideran dinástico y autoritario.