La crisis del partido y los resultados que se implantaron en el Atlético con las derrotas ante Benfica (4-0) y Betis (1-0) llevaron a Diego Pablo Simeone a la conclusión de que el equipo necesitaba reconstruirse desde atrás y coger energía. Con esta fórmula, que ha conseguido más resultados que partido, los rojiblancos se plantan este martes en Praga (18.45, Movistar Liga de Campeones). El objetivo es lograr una buena victoria ante el histórico Sparta, la inesperada victoria en Lograda de París ante el PSG (1-2) y quedar entre los 24 primeros equipos de la Liguilla. El objetivo más ambicioso de atacar a los primeros hombres que salen volando del centro de diez y seis años también conduce a una victoria en Praga.
Antes de entrar en tierra árida y probar al equipo a finales de septiembre y principios de octubre, Simeone se concentró en encontrar jugadores que aumentaran la intensidad. El Cholo estaba fuerte para dos personas que inicialmente estaban destinadas a jugar un papelito sobrante. Uno fue Javi Galán, que permaneció en el club porque las ofertas del Getafe y del Galatasaray turco no cristalizaron en el mercado veraniego. El otro punta de Simeón fue su hijo, Giuliano, que partía como quinto delantero a principios de curso.
Aunque las rotaciones pueden verse relegadas al banquillo en Praga, tanto Galán como Giuliano se sitúan en el cuerpo técnico como ejemplos de lo que necesita el equipo para afrontar los triunfos. Incluso en el club se reveló la importancia de que dos jugadores a bordo de grandes suplentes tuvieran una sombra en el ritmo del técnico argentino en un momento de dificultad. “No lo pusieron fácil y Giuliano pudo girar hacia Diego [Simeone]más que puertas afuera, porque aquí hay que aclarar que nadie regala nada y al único chico le dijeron cómo entrar para disipar a los chicos”, resultado de un directivo rojiblanco.
Los detalles que unos y otros se cuentan en los primeros minutos del periodo en el que le dieron al técnico fueron decisivos para obtener el sorprendente protagonismo de ambos en el último mes. Javi Galán entró en los últimos 15 minutos del derbi ante el Real Madrid con 0-1 en el marcador. Fue el autor de la asistencia a Correa que empatizó al partido en los instantes finales. “Fue una alegría inmensa. No dejes de aprender. Entra al derbi como debe entrar un futbolista. En el primer tiempo jugué con Valverde y asistí a Correa. Con jugadores así los minutos sólo juegan”, comentó Simeone sobre el lateral, sobre el hecho de que también le dio minutos como central. Galán, derrotado por el Celta, fue relegado por Simeone en su primera temporada por una mala intervención en Glasgow. Lo cambió al descanso y sólo alineó un cuarto de hora ante Las Palmas antes de ascender a la Real Sociedad en el mercado de fichajes de invierno. A las órdenes de Imanol Alguacil, Galán cuajó una notable segunda parte de la temporada. Cuando esta verdad se presentó ante la concentración de Los Ángeles de San Rafael, su intención y la del club era la rescisión del contrato.
Espoleta
La irrupción de Giuliano fue también la fase previa que resultó decisiva en apenas unos minutos. Fue con una asistencia para que el Atlético se la volviera a poner al Leganés en el Metropolitano. Desde entonces se activaron diversas acciones donde se enrollaba el equipo para abrir las piezas o retirarlas. El último, el pasado sábado ante el Alavés, en el que asumió incluso antes el rango de hoja de trabajo de su padre, el emotivo coreógrafo.
El aumento del protagonismo tanto de Galán como de Giuliano ha relegado a Lino a Riquelme, incluso los dos con la pelota, pero sin la energía que necesitaba Simeone para subir al atolladero. Esta vez espera en el Atlético un rival que expresa en su estadio un ambiente cálido y un fútbol de aceites al calor del grado. Un paisaje que a priori exige la tensión que trajo a Galán y Giuliano al equipo
“Parece que todos los equipos, en casa y al principio de los partidos, demuestran intensidad y fuerza. Tiene sentido porque está con su gente. Hay que adaptarse al ritmo de este comienzo. Estamos fuera de casa y el rival será muy fuerte”, vaticinó Simeone en el salón del estadio del Sparta.