Rubén Vardanián, multimillonario enriquecido en Rusia, filántropo de la causa armenia y antiguo ministro de Estado (una especie de primer ministro) de Nagorno Karabaj, fue detenido este miércoles por las autoridades azerbaiyanas y transportado a la capital del país, Bakú, cuando trataba de huir del enclave como otras decenas de miles de sus habitantes. El Servicio Estatal de Fronteras de Azerbaiyán publicó una fotografía de Vardanián en un aeródromo y escoltado por dos hombres con uniforme militares de diferentes cuerpos de seguridad. Este organismo no especificó los cargos bajo los que ha sido detenido, excepto que su detención tiene que ver con su “entrada ilegal” en Azerbaiyán, algo que, virtualmente, se podría imputar a todos los residentes del enclave: pese a que es un territorio internacionalmente reconocido como azerbaiyano, durante las últimas tres décadas Nagorno Karabaj ha funcionado como un Estado de facto con sus propias instituciones y control fronterizo, y la única vía de entrada era a través de Armenia.
“Mi marido […] ha sido arrestado por las autoridades azerbaiyanas esta mañana en la frontera cuando trataba de marcharse junto a miles de armenios que escapan de la ocupación azerbaiyana”, escribió en las redes sociales la esposa del detenido, Veronika Zonabend. “Rubén permaneció junto al pueblo de Artsaj [como los armenios llaman al enclave] durante el bloqueo de 10 meses y sufrió con ellos en su lucha por la supervivencia. Os pido vuestros rezos y vuestro apoyo para garantizar la liberación de mi marido”, ha añadido.
Esta detención se produce pese a que, hace unos días, el asesor presidencial azerbaiyano Hikmat Hajiyev prometió una amnistía para todos los combatientes armenios, con excepción de aquellos acusados de “crímenes de guerra” contra los azerbaiyanos en la Primera Guerra del Karabaj (1991-93).
Más de 50.000 armenios de Nagorno Karabaj —casi la mitad de su población— habían cruzado la frontera hacia Armenia a las 15.00 hora local (13.00 en la España peninsular), según informó una portavoz del Gobierno armenio. Además, el número de heridos en la explosión de un tanque de combustible el lunes que han sido evacuados a Armenia para su tratamiento asciende ya a 311.
Por otro lado, el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán hizo público este miércoles el balance de bajas de su ofensiva de 24 horas con la que, la pasada semana, logró la rendición del enclave: 192 soldados azerbaiyanos perdieron la vida y más de 500 resultados heridos. Del lado armenio, el número de muertos supera los 300 (aún se sigue buscando a desaparecidos) y el de heridos, los 400. A ellos hay que sumar los al menos 68 muertos en el accidente del lunes.
Una figura polémica
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Vardanián (Ereván, 1968) era una figura polémica tanto en Azerbaiyán como en la propia Armenia. Comenzó a amasar su fortuna ―que se estima en unos 1.000 millones de dólares (unos 920 millones de euros)― con la banca de inversión Troika Dialog en Rusia, durante el caótico periodo que siguió a la disolución de la Unión Soviética y los primeros años de Gobierno de Vladímir Putin. Forma y ha formado parte del consejo directivo de importantes empresas rusas, entre ellas, la de camiones Kamaz; la escuela de negocios Skolkovo; o la compañía de transporte aéreo de mercancías Volga-Dnepr, por lo que está sancionado en Ucrania. En 2021, renunció a la nacionalidad rusa y adquirió la armenia. En verano del año pasado, Vardanián anunció que se mudaba a Nagorno Karabaj y, en noviembre, el entonces presidente de la autoproclamada República de Artsaj, Arayik Harutyunián, le ofreció el puesto de ministro de Estado, una especie de primer ministro, con poderes especiales y más prerrogativas que sus predecesores.
Bakú no escondió su malestar por ello. El propio presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, lo acusó de haber sido “enviado por Moscú con un plan específico”. Su nombramiento tampoco hizo gracia en Armenia, pues su animadversión hacia el primer ministro, Nikol Pashinián, es conocida, así como sus vínculos con anteriores dirigentes más prorrusos. Un antiguo cargo de la Administración armenia del enclave también aseguró a este diario que era “un hombre de Moscú, que ni ha sido elegido por los armenios ni tiene experiencia en la política de Karabaj”.
Otros, en cambio, creen que simplemente era un multimillonario con aires de grandeza. En una entrevista con EL PAÍS a inicios de año, Vardanián defendió su decisión de ejercer como gobernante del enclave: “Pensé que mi experiencia, mis contactos, mi red y mis conocimientos podrían ser útiles”. Desde luego, de poco sirvieron sus contactos con el Kremlin, toda vez que las fuerzas de paz rusas ni actuaron contra el bloqueo azerbaiyano de Nagorno Karabaj ni contra la reciente ofensiva que ha provocado la rendición del enclave.
En febrero pasado, de manera tan sorprendente como había sido nombrado, fue despedido del cargo por el presidente Harutyunián, en lo que entonces fue considerado como un gesto de buena voluntad hacia Azerbaiyán. El propio Harutyunián dimitió en agosto para “no obstaculizar” las negociaciones con Bakú. En una entrevista con la televisión pública armenia este martes, Samvel Babayán, antiguo general y político de Karabaj ahora exiliado en Armenia, acusó a la anterior Administración, incluidos Harutyunián y Vardanián, de haber dinamitado las conversaciones con Azerbaiyán —en las que Bakú supuestamente ofreció la autonomía de Nagorno Karabaj a cambio del desarme— porque estaban convencidos de que las fuerzas de paz rusas les protegerían ante cualquier intento de ofensiva militar azerbaiyana.
Armenia ha solicitado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo medidas cautelares para recibir información sobre dónde y en qué estado se encuentra Vardanián y para que pueda hacer uso de sus derechos consulares (Armenia y Azerbaiyán carecen de relaciones diplomáticas bilaterales y, por tanto, no hay embajada ni consulado armenio en Bakú). Durante una rueda de prensa, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró que Rusia “protegerá los derechos” de Vardanián como “ciudadano ruso”, aunque al recordarle un periodista que renunció a la nacionalidad, reculó: “Entonces la cosa cambia”.
Vardanián tal vez no sea el único dirigente karabají detenido. El canal independiente azerbaiyano Meydan TV aseguró que también ha sido arrestado Vitali Balasanián, exjefe del Consejo de Seguridad Nacional hasta que Vardanián lo expulsó del cargo. Balasanián había asegurado que permanecería en Nagorno Karabaj a pesar de la “reintegración” del enclave a Azerbaiyán, pero aparentemente fue detenido cuando trataba de huir, aunque esta información no ha sido confirmada oficialmente ni por Bakú ni por las autoridades armenias.
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