Susana Rodríguez y Dani Molina ganan el oro en los Juegos Paralímpicos en el festival del triatlón español | Deportado

Un día más tarde de lo previsto debido a la mala calidad que mantuvo el agua del Sena el domingo para nadar, el triatlón español convirtió en una celebración la jornada de este mes en los Juegos Paralímpicos al llevarse un bote de cuatro medallas: los oros de los gallegos Susana Rodríguez —acompañada de su guía Sara Pérez— y el madrileño Dani Molina, la manchega Marta Francés y el bronce del menorquín Nil Riudavets en una imponente marquesina en el centro de París, con la Torre Eiffel al fondo.

Susana Rodríguez, que ya había ganado el oro en Tokio 2020 junto a Sara Loehr durante sus segundos juegos, revalidó la medalla con su nueva guía —sufrimiento visual—, Sara Pérez, con la forma de pareja deportiva de la que es originaria el año. El médico, que trabaja en el servicio de medicina física y rehabilitación del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo -donde fue necesaria una reducción de jornada para preparar la cita paralímpica-, y Pérez dominaron la prueba (750 metros de mar, 20 km de ciclismo y 5 km de pista) desde el principio hasta el final de apenas tres meses después de sufrir una fuerte caída durante la Copa del Mundo de triatlón que se celebró en junio en Vigo, cuando la rueda delantera del tanto se revivió y los dos cayeron al terreno mientras bajaban por uno que se encuentra ahora a 70 kilómetros de distancia.

“Ganar unos Juegos es muy difícil y poder repetir el credo lo es aún más. Fue bastante difícil volver a encontrar el camino después de Tokio, hubo momentos incluso en los que no tenía claro si volvería a una línea de salida, pero afortunadamente hicimos un gran trabajo y podemos regresar y divertirnos. Cumplí el objetivo de ir a París siendo el mejor triatleta de Tokio”, afirmó Rodríguez, de 36 años y con un impacto visual del 5% en un ojo y del 7% en el otro como consecuencia del albinismo.

El doctor — llevado por la revista. Tiempo En julio de 2021, tras meses de trabajo en la lucha contra el coronavirus –y Sara Pérez –campeona del mundo de triatlón de media distancia– era la favorita para subirse al primer cajón del podio en el triatlón para deportistas con discapacidad visual. Los españoles fueron los primeros en subir al agua, en la bicicleta se ensancharon con el viento y en el camino remaron en la barca. Llegaron a meta con un tiempo de 1h4m19s, más de dos minutos respecto al tiempo de las italianas Francesca Tarantello y Silvia Visaggi (1h6m43s). “Fue brutal con el público. Casos No podía escuchar las instrucciones de Sara por el ruido que hacía. Es un orgullo poder estar aquí con nuestras familias y nuestros amigos y poder acabar al más alto nivel”, añadió el gallego.

Justo antes de hacerse con el oro, Dani Molina ya lo había hecho en la categoría PTS3 para deportados con discapacidad física. El madrileño, de 49 años y cinco veces campeón del mundo, fue paralímpico en Atenas 2004 —compitió en natación— y estuvo en algunos juegos diez años después después de que la modalidad PTS3 no entrara en el programa de Río 2016 en Tokio 2020. Molina, que no tiene lateral derecho y utiliza prótesis desde los 22 años, sufrió un accidente de moto, que casi le quita la vida, completó un camino formidable en el que condujo el barco, fue tercero en bicicleta y arrasó en la carrera a pastel. Cruzó la meta en solitario con un tiempo de 1h8m5s.

“Han vivido 20 años por un desierto durísimo en el que estábamos muy enfermos. Son tiempos muy duros donde vemos como otros deportistas vienen al partido y nosotros nos quedamos en casa, entonces, como deportista, son momentos duros”, comentó Molina a los medios. “Nadie sabe cómo es que trabajé, que sufrí y amé, y soporta el dolor. Hoy es el día más feliz de mi vida, deportivamente hablando. Creo que es algo único, creo que ser campeón paralímpico es algo muy diferente a ser campeón mundial o europeo y creo que quiero celebrarlo como si lo mereciera”, afirmó. En su misma categoría finalizó septiembre el granatano Diego Lardón, que perdió un brazo en un accidente laboral.

La fantástica jornada del triatlón español se completó con la victoria de Marta Francés y el bronce de Nil Riudavets. El triatleta ciudadrealeño de 29 años fue segundo en la categoría de discapacitados físicos PTS4, finalizó sus pruebas de náutica y ciclismo y retomó su andadura a pie. Francés, que sufrió bullying en la universidad, tuvo un cáncer cerebral que dejó atrás su edad física y sufrió violencia machista, celebró emocionalmente el metal. “Me costó mucho llegar hasta aquí, tenía muchas ganas de jugar y trabajar. Esta plata me sabe al precio de mi vida. Quería pasar tanto tiempo siendo tan bueno que pudiera apreciar toda la vida que me dio esta oportunidad y aún así pudiera apreciar y salvar mi corazón. Y sobre todo, lo decido por todos, si se lo dedico a mis padres”, le dije a la triatleta, que cruzó la meta con una bandera de España que le habían entregado un instante antes que el presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes.

También en la categoría PTS4, Riudavets (28 años) se hizo con el bronce con un tiempo de 1h1m10s, a tres minutos del ganador, el francés Alexis Hanquinquant. El menorquín perdió cinco años de movilidad en su brazo derecho al sufrir un choque frontal con su bicicleta contra otro triatleta. Tras abandonar el deporte, pero en 2022 retrocedió y participó en la Copa del Mundo de triatlón paralímpico en A Coruña, en la que logró el primer puesto. Esa noche, dos años después de volver a competir, capturó su primera medalla Paralímpica en su debut en uno de los juegos.

Marta Francés entrega la medalla de plata en triatlón femenino, este mes en los Juegos Paralímpicos de París 2024.DAVID RAMÍREZ/CPE (DAVID RAMÍREZ/CPE)

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