Francia ha declarado oficialmente la guerra al narcotráfico y al crimen organizado, una lágrima que en los últimos meses se ha extendido con una virulencia y una violencia sin precedentes en las afueras de muchas ciudades. Marsella, epicentro de este tipo de bandas y ejemplo de ciudad cada vez más degradada por este fenómeno, fue el escenario elegido por los ministros del Interior, Bruno Retailleau, y de Justicia, Didier Migaud, para presentar un plan especial contra Ese jefe de seguridad francés Dios está llamando desde hace unos días a la “mexicanización” de Francia. Ambos anunciaron la creación de una magistratura en Bogotá (Colombia) y la reforma del régimen de detenciones a través de la figura del colaborador de la justicia, que gozará de la protección y garantía de los mayores. No es la primera vez que Francia promete poner fin a los problemas de la ciudad mediterránea (1,5 millones de habitantes, incluida el área metropolitana, la segunda del país).
La situación ha alcanzado nuevos niveles incluso en los niveles de criminalidad de algunas ciudades francesas. Marsella, siempre marcada por este tipo de delitos, presenció sólo un mes el culo de un menor que recibió más de 30 picaduras y luego resultó herido cuando todo estaba vivo en un contenedor metálico. El asesinato pudo ser un punto de inflexión en la lucha contra este fenómeno, pero lo que siguió fue el golpe de asinerato y metrallamientos. Uno de ellos ocurre contra la puerta de una comisaría en Cavaillon, a 50 kilómetros de Marsella. La DZ Mafia, la organización que controla el tráfico de drogas en la ciudad foceana, prendió fuego a la policía y a todos los vehículos estacionados en la puerta como medida dura contra una operación en la que los agentes se descuidaron con las drogas de la banda.
Los ministros pidieron transmitir un mensaje de extrema firmeza en este partido evocando una batalla equipada para luchar contra el terrorismo. Migaud señaló que el narcotráfico es “un realce existencial contra las instituciones, contra la democracia” y que es “un realce de los intereses fundamentales de la nación”. Por eso digo que la acción contra el narcotráfico es «una causa nacional» que «llevará años». Es un juego «probablemente de 10, 15 o 20 años», pero «si puede generar dinero», dijo. «Mi mano no tendrá miedo de mover todo el aparato judicial», respondió antes de advertir que los equipos de la Fiscalía de París dedicados al crimen organizado se reforzarían con un 40% más de personal y que se crearían cuatro puestos de jugo extra a la capital. para acelerar los procesos.
Francia se mira en el espejo de Italia y quiere abordar cuestiones como la del terrorismo o la mafia en el país transalpino. Para él, Migaud creó una fiscalía especial para estos delitos y un nuevo régimen para la figura del detenido, un sistema que viola la luz en Italia en el período más sangriento de la Cosa Nostra y que permitió que leyendas del poder judicial, como Giovanni Falcone, encarcela a la organización criminal siciliana. Sólo a través del testimonio de quienes decidieron colaborar con la justicia se pudo avanzar en el desmantelamiento de estas organizaciones.
42 asesinados en seis meses
Las ciudades con problemas de pandillas y drogas se extienden por todo el hexágono. Desde Grenoble, hasta Poitiers, pasando por Lyon o tu propio París. En el primer semestre del año se registraron 42 muertes por parte de Asesini involucradas en el narcotráfico. Pero Marsella atraviesa otra grave crisis criminal. De las 49 muertes por armas de fuego en el año 2023, cifra récord, el contador se ha situado en este año, hasta el final, en 19 casos de faltas. El fiscal general de la ciudad, Nicolas Bessone, intervino en el debate público hace unas semanas y definió los últimos crímenes como «de salvajismo sin precedentes». El magistrado, autor del término”asesinato de drogasPara hablar de asesinatos en Marsella, citó 128 puntos de droga en la ciudad y una “pérdida total de contactos”. El nuevo plan implica nombrar 25 investigadores adicionales y fortalecer la presencia policial en la vía pública con 95 agentes adicionales.
El Ministro del Interior ha presentado, en otras ocasiones, que el directivo se ha hecho pasar por adelante autorizado por los prefectos para decretar la barrera de los comercios sospechosos con el fin de devaluar el dinero de la droga, para exigir una justificación del origen del el dinero para la compra de vehículos o un mecanismo rápido de congelamiento de las pertenencias de los delincuentes.
El problema es que no es la primera vez que Francia se instala en Marsella para luchar contra este fenómeno sin conseguir demasiados resultados. Hace ya tres años, el presidente de la República, Emmanuel Macron, acudió a la ciudad para presentar un plan de reversión y rehabilitación para la vuelta a la normalidad mediante una inversión de 1.500 millones de euros. Muchos de estos proyectos, denuncian las asociaciones, no se han llevado a cabo.