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José Rubén Zamora, reconocido periodista de Guatemala, sigue lidiando con varias acusaciones legales que amenazan su libertad y su reputación como fundador de los periódicos Siglo Veintiuno

José Rubén Zamora, uno de los periodistas más destacados de Guatemala, continúa enfrentando una serie de acusaciones legales que han puesto en jaque su libertad y su legado como fundador de los diarios Siglo Veintiuno

y El Periódico

. Con 68 años, Zamora está bajo arresto domiciliario tras haber pasado más de dos años en prisión, tiempo en el que sufrió lo que él describe como torturas y abusos. Su caso ha generado indignación a nivel nacional e internacional, siendo percibido por muchos como un intento de silenciar al periodista que durante décadas expuso los escándalos de corrupción más graves en el país.

El periodista estuvo 813 días en condiciones deplorables. Fue confinado en una diminuta celda de aislamiento, sin contacto con otros reclusos y con una ventilación deficiente. Durante su tiempo en prisión, enfrentó condiciones inhumanas, como la presencia de insectos en su celda, que le ocasionaron serios daños físicos. «Me hicieron caminos subcutáneos en los brazos y piernas, y me dañaron la piel de las articulaciones», contó. A pesar de estas dificultades, Zamora halló consuelo en los libros, leyendo entre 600 y 800 volúmenes durante su encierro. Este hábito, junto con su profunda espiritualidad, le ayudó a mantener su fortaleza.

El periodista pasó 813 días en condiciones deplorables. Fue recluido en una celda de aislamiento minúscula, sin contacto con otros presos y con escasa ventilación. Durante su tiempo en prisión, enfrentó situaciones inhumanas, como la infestación de insectos en su celda, que le causaron graves daños físicos. «Me hicieron caminos subcutáneos en los brazos y piernas, y me dañaron la piel de las articulaciones», relató. A pesar de estas adversidades, Zamora encontró refugio en los libros, leyendo entre 600 y 800 ejemplares durante su cautiverio. Este hábito, junto con una fuerte espiritualidad, le ayudó a mantener su resiliencia.

En mayo de 2023, El Periódico,

el periódico que fundó en 1996, cerró de manera definitiva debido a su encarcelamiento y a las presiones económicas y políticas. Este cierre significó el fin de una época para el periodismo independiente en Guatemala, dejando un vacío considerable en la lucha contra la corrupción.

El caso de Zamora coincide con un momento político delicado en Guatemala. El país ha dado la bienvenida a un nuevo presidente, Bernardo Arévalo, un reformista de centroizquierda que ha prometido luchar contra la corrupción. No obstante, Arévalo se enfrenta a un sistema judicial influenciado por individuos con intereses corruptos. Zamora describió al presidente como «un hombre decente, pero muy débil», indicando que su habilidad para llevar a cabo cambios estructurales está limitada por las restricciones del Congreso y el Poder Judicial.

A pesar de estar bajo arresto domiciliario, Zamora continúa siendo una figura pública admirada. «La gente me detiene en las calles, quiere selfies conmigo, me recibe con calidez», mencionó. No obstante, también admite que su situación es incierta y teme que lo envíen de nuevo a prisión.

A pesar de su arresto domiciliario, Zamora sigue siendo una figura pública admirada. «La gente me para en las calles, quiere selfies conmigo, me da la bienvenida», comentó. Sin embargo, también reconoce que su situación es precaria y teme que lo regresen a prisión.

Para Zamora, el periodismo es sinónimo de libertad. En sus propias palabras, es «una conquista» que se ejerce en contextos de marginalidad y represión, como el de Guatemala. Aunque su futuro sigue siendo incierto, el periodista no descarta regresar a la profesión que le ha definido, si logra superar las batallas legales que aún enfrenta. Su historia es un recordatorio del costo que conlleva defender la verdad en países donde la corrupción busca silenciar a quienes la desafían.